Potosí, a paso lento.

Se trata de un lugar encantador, pero también golpeado por los diferentes saqueos y abandonos que sufrió a lo largo de su historia. Cuesta imaginar que se trata de una ciudad que llegó a ser mas rica que muchas ciudades destacadas de Europa.

La llegada a la ciudad regala ya vistas panorámicas impactantes, con el marco de un clima incisivo que da cuenta de las dificultades que presenta la vida en la altura.

La terminal de buses destaca por su limpieza, belleza y bullicio.

Terminal de buses
interior terminal de buses

Para conocer y recorrer la ciudad es necesario realizar el paseo a paso lento, de manera tranquila, para ayudar al cuerpo a aclimatarse a la altura. Una pastilla de Soroche puede ser de gran ayuda. También es preciso analizar la posibilidad de acudir a los beneficios de la hoja de coca que, sin dudas, en estos lares se consiguen las mejores que pueden acurrucarse en «el buche» de una persona.

Calles empedradas y arquitectura colonial de estilo barroco dan color y peculiaridad a esta joya sudamericana.

También a pie es posible llegar al Estadio Víctor Agustín Ugarte, donde hace las veces de local el Real Potosí y que ostenta un aforo de aproximadamente 35000 personas. Si bien las inmediaciones dejan mucho que desear (propio de las cercanias de muchos estadios de fútbol en el mundo), las tribunas e instalaciones dan cuenta de una moderna estructura que alberga otras disciplinas deportivas además del balón pie.

Estadio V. A. Ugarte

Una actividad destacada a realizar en esta ciudad es la excursión a la mina de Cerro Rico, que propicia un pantallazo de lo que respecta al trabajo bajo tierra. Sin dudas esta travesía genera emociones encontradas. No deja de ser doloroso saber que es un tour económico para quien la realiza, mientras se puede observar a lo largo del recorrido a mineros en condiciones deplorables de trabajo que con suerte reciben de turistas hojas de coca y agua para pasar la sed.

Cercanías del Cerro
Ingresando a la mina.

Es posible apreciar a lo largo del trayecto minero diferentes ejemplares del tío, que es una deidad (en realidad demonio) considerado dios del inframundo en el Cerro Rico y que ofrece protección a los mineros pero también destrucción y miseria a quien no le hace ofrendas.

Pequeño ejemplar del tío.

Visitar y hacer turismo en Potosí es darse una oportunidad de reflexiónar sobre los resultados de la expansión, el saqueo y despilfarro (ajeno sobretodo). Detrás de la pobreza existente hay una (literalmente) rica historia. «Vale un Potosí» era el dicho en la época colonial para referirse a lo que era invaluable. Visitar y caminar por esta ciudad también lo es.

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