Paraguay

Un viejo anhelo

Desde hace muchos años tenía el anhelo de conocer Paraguay. Creo que todo empezó cuando escribía, pero más que nada leía, crónicas de viajes en «viajeros.com«. Me llamaba la atención la cantidad de crónicas redactadas sobre distintos lugares del mundo. En lo que respecta a Sudamérica, los países con más crónicas eran, por lejos, Perú, Argentina y Brasil… Luego venían los demás, pero con una diferencia abismal. Sobre Paraguay, en cambio, había muy pocos relatos. Entonces, se me presentó como un lugar misterioso, inexplorado. Hoy en día, se puede hacer una comparación similar con páginas como TripAdvisor, observando la cantidad de consultas en los foros. 

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En mi adolescencia había estado brevemente en Ciudad del Este. En ese entonces, la locura era comprar Discmans, DVDs y camisetas de fútbol. Compré un Discman y cinco casacas: la del Milan, Juventus, Brasil, Arsenal y Cruzeiro. 

Con el tiempo, en el carnaval de 2020 (antes de que la pandemia lo arrasara todo), viajamos con Samuel y Benjamín a Posadas. Desde allí cruzamos a Encarnación, donde pude darme un pequeño gusto: empaparme un poco de la cultura paraguaya conociendo una de las ciudades (creo yo) más representativas del país. 

En esta ocasión, volviendo de las playas del sur brasileño, no quería dejar pasar la oportunidad. Así que, antes de retornar al mejor país del mundo, decidimos con Flor dar un par de vueltas por tierra guaraní. 

Ciudad del Este

Llegamos a esta ciudad fronteriza desde Foz do Iguaçu. La entrada fue relativamente rápida y solo nos sellaron el pasaporte. Nos preguntaron poco y nada sobre nuestro recorrido en Paraguay. Cuando consultamos dónde nos revisarían la camioneta, nos dijeron que «no hace falta». 

Apenas ingresamos a Ciudad del Este, nos abordaron de inmediato muchas personas que nos señalaban ciertos lugares. La mayoría intentaba indicarnos dónde estacionar. Aunque respondimos amablemente que «no» ante las diversas propuestas (principalmente de estacionamiento, comida y compras), la insistencia fue apabullante. En realidad, el centro de Ciudad del Este en sí lo es, como suelen serlo las ciudades de frontera. Lo bueno es que, aunque hacía calor, el cielo estaba algo nublado, lo que hacía el clima más tolerable. 

Si te gusta el quilombo, este es tu lugar. Encima se consigue de todo a buen precio. Ahora, si le barullo constante te abruma, ni se te ocurra pisar esta ciudad…

Preguntamos en la oficina de turismo (ubicada en el edificio de migraciones) sobre estacionamientos y nos recomendaron el municipal. Sin embargo, seguimos la sugerencia de Google Maps y fuimos al mejor calificado en la aplicación. El costo era de 10.000 guaraníes por hora o 30.000 a partir de tres horas. 

En cuanto a compras, fuimos directamente a las dos tiendas recomendadas: Cell Shop y Nissei. Para resumir, allí compramos todo lo que buscábamos (y alguna que otra «bolucompra» también). La diferencia de precios respecto a nuestro país es considerable, y si no compramos más cosas fue solo por falta de presupuesto. 

Las tres horas y media que pasamos en esas cuadras fueron una locura. Nunca me empujaron ni empujé tanto como en ese lugar. Realmente quedé abrumado. 

Uno de los trabajadores de Cell Shop, ante nuestra consulta, nos recomendó el restaurante Armazém da Gula para almorzar, y no falló: la comida estaba bastante bien y con una buena opción vegetariana, ideal para saciar el hambre consumista de los momentos previos. 

Terminadas las compras, fuimos al supermercado Salemma, cerca del Lago de la República, para abastecernos de algunos suministros. Aprovechamos el estacionamiento del lugar para dejar la combi y caminar un poco por los alrededores del lago, pero solo llegamos hasta la rotonda Oasis. A decir verdad, el ambiente no nos dio buena espina, así que volvimos a buscar la rodantera y seguimos viaje. 

Playa Tacuru Pucu

Llegamos a la Playa Tacuru Pucu en Hernandarias. Habíamos leído que era un buen lugar para aliviar el calor.

En la entrada nos informaron que la playa en sí estaba cerrada al público, pero nos permitieron usar los quinchos para acampar (previa autorización de la gente de Turismo). Pasamos allí la noche. 

El lugar es fantástico. Desconozco cómo será cuando hay mucha gente, pero al menos en nuestra experiencia, el predio estaba muy bien cuidado y ordenado.

Había mucha seguridad, wifi y hielo gratis, sumamente necesario para enfrentar el calor del día. Me quedé con ganas de nadar allí.

 

Salto Cristal

Al otro día, nos levantamos temprano y alistamos La Rodantera para ir a uno de los destinos turísticos predilectos de esta tierra: el Salto Cristal. 

En el camino, me llamó la atención la cantidad de árboles repletos de mangos en varias casas de cada pueblo por el que pasamos. También vimos muchas lagartijas en el trayecto. 

Las rutas, por lo general, estuvieron bastante bien. Pasamos brevemente por Villarrica para comprar unas empanadas para almorzar, pero solo bordeamos la ciudad. Poco antes de llegar a destino, a un par de kilómetros, el asfalto da lugar a un camino de tierra, aunque bien marcado y de fácil acceso. 

El ingreso al predio costaba 30 mil guaraníes y 40 mil para acampar (también había algunas habitaciones disponibles para dormir, pero desconozco el precio). En el caso de las kombis, no pueden pasar a la zona de acampe, por lo que tuvimos que dormir en la zona de estacionamiento (de todas formas, cerca de los servicios del camping). Desde allí, el sendero hacia el salto es de unos 800 metros. Al comienzo de este, hay una empinada bajada por escalera y luego continúa bordeando el río. El ambiente natural es bastante llamativo.

Se forman pequeños piletones llenos de peces. Es un lugar al que van muchas familias. No es para menos, realmente es un entorno espectacular. La caída de agua forma una gran pileta con una profundidad superior a los 15 metros. De hecho, es obligatorio meterse con chalecos salvavidas (los alquilan por 10 mil guaraníes). En el lugar, además, se pueden hacer otras actividades como tirolesa, rápel y “caminata del mono” (esta última actividad no entendí bien en qué consistía). Cada actividad costaba 50 mil, pero podías hacer las tres por 100 mil. Eso sí, eran pocos prestadores para la cantidad de demanda, por lo que cuando pregunté para apuntarme a una de ellas, me dijeron que ya no había cupo. 

El Salto Cristal me recordó a la cascada de Aguas Chiquitas y la de Los Pizarro. Es un lugar que me gustó mucho. 

Piribebuy

Antes de llegar a Asunción, decidimos hacer una parada en Piribebuy, principalmente para evitar el sol y la humedad en un lugar con un río donde pudiéramos refrescarnos. Almorzamos en el bar Santa Rosa, ubicado a una cuadra de la Plaza de los Héroes de Piribebuy. Es un lugar histórico, ya que fue, por un tiempo, la capital del país durante la Guerra de la Triple Alianza. 

Elegir este lugar para sobrellevar el calor fue una gran decisión. Fuimos a CAMPIRI, un paraje y camping ideal para pasar el día, dormir en alguna de sus habitaciones o, como en nuestro caso, acampar. Es el único bosque preservado en la zona de Tape Guasu, además de ser un refugio de aves y animales silvestres. 

El lugar cuenta con una cantina con buenas opciones para comer y beber a precios accesibles. Tomamos tereré por 5.000 guaraníes y, por la noche, cenamos una pizza acompañada de una caipiriuva.

Además, hay bonitos senderos para recorrer y, lo mejor de todo, una excelente salida al río Piribebuy. La entrada costaba 50.000 guaraníes, y creo que vale la pena conocer el lugar. 

Había muchas familias disfrutando del entorno, y el río es bastante llamativo. En él se forman pequeñas cascadas, y de un lado, una gran planicie rocosa conduce el agua, mientras que del otro se crean pequeñas playitas de arena, lo que hace que caminar en este río sea mucho más cómodo en comparación con otros más pedregosos. 

CAMPIRI resultó una grata sorpresa, y recomiendo su visita. Espero, algún día, volver a pasar un día de sol en este hermoso lugar. 

Asunción

Por lo general, cuando viajo a un país, siento la necesidad de conocer su capital. No importa si no es el destino turístico por excelencia o si hay lugares más atractivos; es, más que una necesidad, un capricho que intento satisfacer. Paraguay no fue la excepción y, desde hace años, junto con el anhelo de recorrer este país, también estaba el deseo de conocer su capital. 

La ruta desde Piribebuy nos llevó primero a Luque, donde aproveché para visitar el museo de la CONMEBOL. La visita es breve, de no más de una hora. La entrada es gratuita y ofrece un buen recorrido con réplicas de las copas organizadas por esta asociación, camisetas históricas y propuestas interactivas para los visitantes. Al finalizar el paseo, fuimos a un Café Martínez ubicado en las cercanías, pero quedamos insatisfechos tanto por la calidad del producto como por la demora en la atención. Lo poco que recorrimos de Luque nos pareció, a simple vista, una de las zonas más acomodadas o, como dirían allí, culí de Paraguay. 

De la capital solo recorrimos el centro. Comenzamos la caminata en la Plaza de la Democracia y entramos al Panteón Nacional de los Héroes, monumento también llamado el mausoleo del país. Allí descansan los restos de personajes trascendentales de la historia paraguaya, como el mariscal Francisco Solano López y los niños mártires de la batalla de Acosta Ñu

Luego fuimos a la Casa de la Independencia, que alberga objetos y documentos históricos de la época colonial e independentista. 

Siguiendo hacia la costanera, pasamos por el Cabildo y continuamos hasta el Palacio de López, que es, sin duda, la postal más representativa de la ciudad. Rodeamos el edificio de estilo neoclásico, sede del gobierno, hasta llegar a una pequeña plaza a su costado. Creímos que podíamos pasar, pero unos guardias en la puerta nos cantaron la justa. 

Dimos una pequeña vuelta por la Manzana de la Rivera. Luego, debido al calor insoportable y a la inminencia de un chaparrón, desistimos de ir a la Loma San Jerónimo

Retomamos el camino por la conocida calle Palma y, desde allí, fuimos hasta el mall Excelsior para buscar alguna promoción en la tienda Hering (y la conseguí). Es que en Tucumán la ropa es muy cara. Allí aprovechamos para almorzar en el patio de comidas. Probé el chipá guazú que tanto me recomendaron y me encantó. También la sopa paraguaya. 

Finalmente, volvimos al microcentro para despedirnos de este periplo con un merecido açaí en una sucursal de The Best Açaí, que tan bien nos había hecho en Brasil. 

Había leído que Asunción es parecida a Santa Cruz de la Sierra. Sin embargo, al menos en esta primera visita, no la encontré similar.

El trato de la gente fue siempre muy amable y cordial, eso me pareció super agradable.

Desde allí seguimos camino hacia Clorinda, previo trámite aduanero, donde vimos, por primera vez, a una persona siendo capturada por Interpol (lo más parecido a Alerta Aeropuerto que presencié en mi vida). En aquella ciudad fronteriza formoseña pasamos la última noche. El trayecto desde Clorinda hasta la pujante ciudad de San Miguel de Tucumán lo hicimos de un tirón, saliendo a las 7 de la mañana y llegando casi a las 22. 

De Paraguay, en general, me queda una buena sensación. Pude sacarme las ganas de recorrer, al menos por unos días, este país. Y de Asunción, en particular, lamentablemente me queda un sabor amargo. Suelo encontrarle cosas buenas a todas las ciudades que visito, pero en esta sentí estar todo el tiempo en un lugar abandonado. Más de una cuadra me recordó al Tucumán de fines de los 90 y principios de los 2000. Sé que solo conocí el microcentro y que posiblemente otras partes de la ciudad y barrios que estén más ordenadas y mejor mantenidas. Será el pretexto para regresar en otra ocasión. 

Me gustaría volver, pero tal vez en invierno, cuando las temperaturas no sean tan agobiantes. Sigo con ganas de pasar más días disfrutando de las playas de río que aquí abundan. También quisiera ver algún partido de la liga paraguaya, un espectáculo de arpa, conocer algo del Chaco paraguayo, Concepción y el Pantanal de este lado. Será para la próxima. 

Links de interés

Oficina de Turismo de Paraguay

3 comentarios en “Paraguay

  1. Avatar de Ezequiel Rami

    Es peligroso Paraguay?

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    1. Avatar de consejoalviajero

      La verdad que no he tenido problemas y no me pareció peligroso.

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    2. Avatar de Clara Menyi C.

      Toikove Paraguái!!

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