Coordinamos con Gabriel para hacer una caminata por las cumbres de Raco. Coincidimos en ir al Pesebre. El no conocía y estaba interesado en hacerlo y yo había ido el año pasado en el marco del curso de iniciación a la montaña por parte de la Asociación de Montaña. Recordaba que había sido la primera salida y que el trayecto era ameno para alguien que ya tiene cierta experiencia caminando por montañas. Me parece que puede servir para agarrar ritmo proyectando senderos más pesados. Se suma a la salida Andrés, amigo de Gabriel con quien, entre charla y charla, concluimos en que tenemos más de un amigo en común.
A las 7 de la mañana nos encontramos en el cruce entre Siria y Sarmiento. Desde ahí tomamos la ruta que, mediante desvío en Tapia, nos lleva hasta el Siambon. No hay un lugar específico donde dejar el vehículo. Aprovecho para estacionarlo en la parada de bus (mismo lugar donde los dejamos cuando hicimos el sendero en 2022) que está a la par del camping Rincon del Monasterio, que parece ser de los Benedictinos.
Confiamos en que en estos lugares aún es seguro dejar nuestras cosas al cuidado de nadie. Parece que hará calor, pero en ese momento todavía está fresco. Empezamos la caminata alrededor de las 8. Llevamos un track que bajamos del wikiloc, aunque creo que la ruta es sencilla habiendo ido al menos una vez. No hay muchas posibilidades de caminos y me parece que todos llevan al mismo lugar por lo que creo que esta difícil perderse.
El sendero hacia el pesebre por esta ruta es relativamente rápido, aunque un poco empinado en comparación con otros.
Partimos desde el km 51 de la ruta 341 y el desnivel es aproximadamente de 900 metros. Partimos de los 1200 msnm y pretendemos llegar a los 2100 (al menos lo que marca el track de la aplicación).
En el camino no cruzamos a nadie. Aún no ha llovido por lo que la tierra es constante y molesta.
El verde de los cerros aún se hace esperar. De todas maneras, a medida que vamos ganando altura podemos apreciar los impactantes paisajes que tiene esta provincia. Mas allá de la tierra, sequía y contaminación incluida aún se puede vislumbrar que estamos ante un lugar realmente hermoso.
Como hace calor y aún no llovió, me precaví de llevar más de tres litros de agua, para que no me pase lo mismo que en el Cabra Horco que llegué con lo justo de agua al igual que cuando fui al Taficillo. No hay nada peor en una caminata que quedarse sin agua. En esta ocasión no pasé sed.
Durante el camino charlamos sobre caminatas y senderos ya realizados. Tanto Gabriel como Andrés tienen mucha experiencia en esto. Han hecho muchos trekking y viajes en bicicleta por esta geografía.
Por momentos atravesamos lugares descampados donde el viento se hace compañero ante el calor de la caminata. Por otros tramos un poco más cerrados, el calor se hace sentir. Paramos un par de veces para hidratarnos, chequear que la ruta que tomamos es la correcta, y quitarnos un poco de abrigo. Llegamos arriba en remera, pero el viento nos obliga a ponernos al menos un rompevientos. Creo que me hubiera venido bien traer un buzo más, al menos una remera manga larga. En la sombra me hace frío con el viento, y al sol siento que me aso.
Llegamos al pesebre alrededor de las 11.30 h. Debatimos brevemente si se llama pesebre porque el lugar parece uno, o porque es el nombre de la montaña en la que estamos o porque talvez así se llama alguna de las montañas que se ve de frente. Andrés cree que se llama pesebre por la casita que está apenas llegamos que, con un poco de imaginación, creo que puede ser parecida a un pesebre. La casa en cuestión tiene una suerte de cerca hecha con palos del lugar. Me parece super pintoresca.
En el lugar se ven muchas aves. De hecho, creo haber visto un cóndor. También vimos al menos tres ejemplares de aves que parecían grullas, aunque nose si hay grullas en Raco. Eso sí, verlas correr a lo lejos una detrás de otra me trajo a mente la escena Jurasic Park. Para ser más preciso, a la primera escena en donde aparecen los dinosaurios. Al menos me pareció eso.
Desde el Pesebre se pueden ver las cumbres Calchaquíes. Muchas de las cimas que recorremos cuando partimos desde Tafí del Valle se las puede observar desde aquí, como la Ciénaga o el negrito, incluso la cima del Cabra Horco.
Es temprano así que seguimos caminando una media hora más hasta la Cruz de Yampa. Se llama así porque en ese lugar murió en 1930 Mercedes Yampa. Nose quien habrá sido este personaje, pero le han dedicado un tema.
He buscado información en internet, pero no encontré mucho. Desde aquí la vista privilegiada es hacia el cerro San Javier, La Sala, el taficillo y el Cadillal.
Almorzamos y descansamos un rato bajo la sombra de un árbol. Un par de motos pasaron a nuestro lado. Debatimos brevemente sobre la presencia de motorizados en una zona privilegiada para disfrutar de los sonidos de la naturaleza. Por mi parte, me genera una contradicción porque creo que degradan el suelo, como también generan contaminación tanto ambiental como acústica. Pero de la misma manera, creo que cuando una persona se pierde o tiene un accidente en los cerros, estas motos son las que tienen más fácil (o mejor dicho rápido) acceso a zonas difíciles y son muy importantes para el rescate. No llegué a ninguna conclusión respecto a esto.
Pasadas las 13h retomamos la senda para volver. Llegamos al punto de inicio exactamente a las 16 h. La bajada no registra ninguna dificultad y por suerte, el furgoncito está a salvo donde lo dejé.
Consejo al Viajero 