Sur de Italia: Sicilia

Se suele pensar en Italia por la rica historia y el museo a cielo abierto que de por sí es Roma, ademas de su gastronomía o el peso económico y cultural de sus ciudades del norte. Sin embargo, puede pasar que quede relegada de la atención general una zona también cargada de interesantes capítulos históricos y paisajes para casting de cualquier lente de cámara. El sur italiano, que en este caso se corresponderá a ciudades recorridas de la isla de Sicilia, sorprende a propios y extraños con variedad e idiosincrasia.

Palermo

Hablar de Palermo es hablar de los fenicios (primeros en conquistar la zona), los griegos, romanos, bizantinos, árabes y finalmente aragonéses. A lo largo de su historia, cada uno ha aportado su granito de arena en esta ciudad como en toda la isla para que en estos días sea reconocida por su peculiaridad.

El trip arranca en Roma, donde un vuelo de low cost conecta con la ciudad más grande y capital de la isla. La llegada es en horario nocturno y la única forma de llegar al centro de la ciudad es por taxi.

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La ciudad en si misma posibilita la opción de recorrer muchos de sus puntos claves a pie. Su fachada y cierta obsolencia general recuerda en todo momento que uno se encuentra en el sur del país y, como sucede en muchos lugares del mundo, la concentración de riquezas y servicios están en pocas ciudades, no siendo Palermo ni Italia la excepción.

Me hospedo, a traves de couchsurfing en casa de Salvatore, oriundo de la ciudad que trabaja como reparador de botes, por lo que su temporada de mayor actividad es en verano. No soy el único huesped, también está Alexia de Alemania y una chica de Australia que no recuerdo su nombre, pero que está de pasada, viajando desde Australia hasta Francia en bicicleta, donde se reencontrará con su novio. Ni bien llegado nuestro anfitrión nos invita a dar un paseo. Se trata de una pausible caminata cuesta arriba al Monte Pellegrino (también accesible en auto o bus) que nos da la chance apreciar una más que interesante vista desde lo alto de la ciudad al tiempo que permite conocer el Santuario Santa Rosalia (patrona de Palermo) que, mas allá de los detalles arquitectónicos propios de una construcción religiosa, muestra una particularidad poco vista que es estar enclavada en una montaña, utilizándose ésta misma como pared y sostén de la estructura, algo interesante para ver.

Santuario Santa Rosalia

Ya en el centro, la catedral tiene, sin dudas, un diseño muy particular que merece la pena ser admirado. Partiendo literalmente de la base de que se alza sobre los restos de una basílica bizantina. La particularidad de su construcción se debe a que posee una conjunción de estilos arquitectónicos que van desde el árabe-normando al barroco, al gótico catalán y el neoclásico.

Más tarde, separándome del grupo, me dirijo a la piazza Pretoria que es otro lugar de interés, ubicada delante del actual ayuntamiento, posee la conocida obra del escultor Francesco Camilliani : La Fontana Pretoria. Tambien conocida como «la fuente de la vuerguenza» debido a la desnudes de sus protagonistas, es considerada una de «las fuentes más bonitas de Italia».

Como en toda ciudad italiana, uno puede toparse con pedazos de historia caminando sus calles, como ser sus antiguos muros, sobre todo en el casco antiguo.

A pocas cuadras se encuentra otro sitio identitario de esta ciudad: Quatro Canti (cuatro esquinas) que son esculturas repartidas entre las fachadas de edificios que se levantan en la intersección de calles que contiene cada una diversos detalles, los cuales a su vez, representan distintos aspectos de importancia histórica para la ciudad: los niveles inferiores representan las estaciones, los niveles medios a los cuatro virreyes españoles de Sicilia y los 4 niveles superiores a las cuatro patronas de los cuatro barrios de la vieja ciudad. Este sitio destacado de la ciudad tendré la oportunidad de visitar tanto de día como de noche, pudiendo apreciar el contraste que genera la diferencia de iluminación.

Un poco más alejado, pero siguiendo la buena caminata por las estrechas calles, es posible encontrarse con el teatro Massimo que es el tercer teatro de opera mas grande del mundo (detrás del de París y Viena), construido para festejar la unificación italiana a fines de 1800. Frente al teatro, la Plaza Giuseppe Verdi sirve como punto de descanso para el caminante y aprovechar comercios cercanos para hacerse de un pannini que proporcione nafta para seguir.

Teatro Massimo

Escapando por unas cuadras al teatro, la muchedumbre y los millones de olores a especias y frutas dan aviso de la llegada al mercado del capo que se extiende entre varias calles donde es posibe apreciar un buen ejemplo de «caos italiano» y la poca higiene de algunos sectores hace entrar en contradicción cierto pensamiento relativo al «orden» que nos suelen inculcar respecto a las ciudades europeas. De igual forma, uno puede realizar todo tipo de análisis «corte» sociológico mientras «pega bajón» con los tentadores «street foods» sicilianos que ofrecen muchas especialidades locales.

paisaje cercano a Sferracavallo

El mercado se encuentra en una zona bastante deteriorada de la ciudad, siendo también uno de los barrios más antiguos donde es facil perderse entre callejuelas y laberintos de pasajes que ante la caída del día terminan dando un aspecto tétrico pero llamativo. Si bien recorrer la ciudad es posible en un par de días, la oportunidad de hacerlo con un local permite apreciar otros rincones y participar de eventos que hacen más enriquecedora la estadía. En particular, mi huésped se describe así mismo como hiperactivo y da cuenta de ello con actividades una a tras de otra, que incluye ir a surfear a una playa alejada de la ciudad (mi primera experiencia en ello), para continuar con la visita a una amiga que dicta clases de tango y a su término presenciar una muestra de fotografía presentada por un fotógrafo italo-argentino reconocido por retratar a la mafia siciliana en su cotidianidad (sin el consentimiento de éstos, lo que según cuenta, le vale más de una amenaza). El «srpint» culmina en casa de Salvatore con todo el elenco cocinando pasta casera.

Finalmente un item recomendado para los gustosos de lo «morbido» es el museo de las catacumbas de los capuchinos. Se trata de un museo privado que en su colección, única en Europa, tiene varias cámaras, divididas en niños, varones, mujeres, profesionales, sacerdotes y frailes. Hay alrededor de 8000 cadáveres momificados. Allí se encuentra la que, se supone, es la momia «mejor conservada del mundo». Se trata de Rosalía Lombardo, una niña de 2 años momificada al morir a pedido de su familia.

Segesta, sin ruinas, pero con termas.

En un mitin improvisado por Salvatore y un grupo de amigos suyos, nos internamos furgoneta mediante (una van westfalia de los 70) en medio de la noche para llegar a unas aguas termales que prometen una buena estancia. Ubicadas cerca de las ruinas de Segesta, a las que en esta ocasión no puedo ir, tienen su colorido al estar cercas de un hotel termal encallada entre pequeñas colinas a las que se accede cruzando un helado río previamente (lo de helado queda a criterio de cada uno. Cruzarle de madrugada y en invierno no da otra opción de sensación térmica). Se dice que pocas personas conocen estas termas por lo que, debo admitir, me siento un privilegiado. El camino pedregoso, el barro previo y posterior al cruce del río quedan como mera anécdota a la par de estar sumergido en aguas calientes bajo la luz de la luna y, gracias a la lejanía de grandes ciudades cerca, la oportunidad de ver el cielo completo de estrellas que hacen del paseo, un verdadero lujo.

Catania, el elefantito y Siracusa

Un poco mas de tres horas separan a la capital siciliana de Catania, segunda ciudad más poblada de Sicilia y ubicada en la costa este de la isla. La frecuencia en tren es buena y sacando los pasajes con buenas semanas previas se consigue un buen precio.

Encontrar el hostel demora más de la cuenta al encontrarse en la «via plesbicito», no teniendo en cuenta que la misma no es para nada recta, por lo cual al preguntarte a algunas personas sobre aquella calle, unas me sugieren seguir derecho y otras desviarme. Para orientar en el mapa, la ubicación es a dos cuadras del castello Ursino que es una fortaleza normanda donde funciona el museo municipal.

entrada al castello Ursino

Desde allí solo 600 metros nos separan de la piazza Duomo que es el corazón de la ciudad. Aquí se encuentra la fuente del elefante, tallado en lava y culminado con un obelisco egipcio arriba suyo. También, de esta plaza parten diversos paseos pagos por la ciudad, siendo buen punto para arrancar una caminata por cuenta propia.

La estadía en Catania me invitara a un paseo introspectivo y solitario, como se encuentra la ciudad respecto a visitantes. En el Hostel comparto habitación con un joven eslovaco que está de intercambio estudiantil, un par de trabajadores golondrinas que aprovechan la época de cosecha, aunque nose de qué, y una señora mayor que solo la escucho hablando por telefono y siempre desde su cama. Se trata de la primera vez que me hospedo en un hostel con un ambiente diametralmente distinto a los que me encontré en otras ciudades europeas, con bullicio y gente joven hiper estimuladas que entran y salen de la habitación y el edificio. En este caso no hay casi comunicación entre los huéspedes, y el desayuno y la cena se consumen en profunda soledad. Las múltiples actividades «non stop» de Palermo habían hecho postergar el encuentro conmigo mismo que, en ese entonces, no atravesaba el mejor momento.

primer plano de fuente del elefante en piazza duomo

Volviendo a la ciudad en sí, frente a la plaza se encuentra la catedral, la cual es posible visitar gratuitamente. Destaca en ella su fachada a puro marmol blanco. Dentro de la misma se pueden ver diversas dedicatorias a Santa Agatha (patrona de la ciudad) y la tumba de Vicenzo Bellini (compositor clásico). Caminando por la misma calle «piazza del duomo» y atravesando la porta Uzeda se llega al «parco Giardino Pacini», donde de día se aprecia una concurrida calle repleta de artesanos en una cuadra, y vendedores de pescado en otras (la pescheria).

Duomo de Catania

Volviendo hacia piazza Duomo, un paseo interesante es caminar por via Etnea, que al final (si el clima está despejado) permite apreciar la silueta del volcán Etna. De hecho desde Catania es posible tomar algún tour para conocer el volcán, protagonista en la historia misma de la ciudad a partir de sus terremotos y erupciones que tapó de lava gran parte de ella, y a partir de la misma lava construyeron muchos de sus templos y edificios importantes, dándoles un particular color negro producto de la piedra volcánica.

Ésta es su arteria principal, donde proliferan diferentes tiendas y en su camino es recomendable tomar un breve descanso en el jardín «vila Bellini». Siguiendo luego por la misma calle, se desemboca en el jardín botánico. Volviendo por la misma Via Etnea, es posible encontrarse con los restos del anfiteatro romano de Catania, que data su construcción del S. II a.C.

Ya regresando al comienzo de la calle, en el centro de la ciudad, un punto interesante de la misma es la «piazza universitá» rodeada por dos palacios de interesante fachada dignos de admiración. A sus alrededores proliferan bares y pubs bastante concurridos por la noche, donde se congrega toda la «vida» universitaria y las mil nacionalidades que participan en ella.

Vila Bellini

Siguiendo al norte un par de cuadras hasta encontrar la calle Gesuiti, otro buen paseo lleva al Monastero dei Benedettini di San Nicolò l’Arena, donde ahora funcionan algunas oficinas de la universidad. Desde allí es posible volver al centro de la ciudad a traves de la via teatro greco donde encontramos las ruinas del teatro Romano Odeon, que resulta una gran sorpresa al estar rodeado de edificios.

Tratándose de una ciudad que permite recorrerla a pie, es posible dedicarle un día completo o dos para hacer recorridos más tranquilos. Lo que es seguro es que un día extra es necesario para tomar un bus hacia alguna de las ciudades cercanas que merecen una visita.

En este caso, Siracusa obtiene el «premio» de elección random. Ubicada al sur de Catania se puede llegar tomando un bus de dos horas aprox. de duración.

templo de apolo

Fundada por los corintios, famosa por ruinas griegas, romanas y construcciones de piedra caliza es la ciudad elegida para pasar el último día en Sicilia antes de continuar camino hacia la costa amalfitana. Lo interesante de esta ciudad está en la isla de Ortigia, de solo dos kilometros cuadrados de tamaño, conectada con la isla de Sicilia por dos cuentes de pequeña longitud. De hecho la estética de la ciudad cambia radicalmente al cruzar el puente.

la parte continental de la ciudad vista desde Ortigia

Lo primero que uno se encuentra a llegar a Ortigia es el templo de apolo. Mejor dicho a sus cimientos, que es lo que queda de sus ruinas.

la parte resagada de Siracusa

De allí uno trata de seguir un camino, seguramente llegando al corso Giacomo Matteotti, que desemboca en la plaza de arquimedes, que presenta una fuente bien detallada dedicada a la diosa griega Artemisa. Solo dos cuadras separan esta calle del Duomo de Siracusa, que es por supuesto la zona más transitada y visitada. Fachada barroca y construcción en mármol para lograr una grandiosidad de aplauso mas allá del ateísmo y la aparición incansable de nuevas iglesias en cualquier ciudad italiana. Lo más interesante de todo es que las columnas que sostienen la catedral son recontra griegas. Lo último porque el santuario fue construido sobre el templo griego de Atenea. Lo loco no termina allí, sino que luego de soportar el templo griego, y antes de hacer lo propio con el duomo de Siracusa, esas mismas columnas propiciaron que se mantenga en pie una mezquita durante la conquista árabe. Zarpado.

ese man estaba super duro

Siguiendo camino, la fuente aretusa es el punto de comienzo de un buen paseo que va rodeando la isla, pasando por el Castello Maniace y continuando la vuelta hasta llegar al forte San Giovanello. En el camino es interesante alzar la vista, para observar las casas abandonadas o venidas a menos, que dan muestra de que toda ciudad, por más pintoresca que sea, tiene su parte olvidada. Diviso allí mismo un museo de cartografía que lastimosamente está cerrado, con lo que me gustan los mapas!

Duomo

Volviendo al puente, para salir de Ortigia y tomar el bus con retorno a Catania, nada mejor que perderse por las callejuelas cercanas al duomo, experiencias típicas dentro de varias ciudades europeas donde Siracusa no es la excepción.

Quedan pendientes para aguna vuelta futura a Sicilia otras ciudades, otras termas, más ruinas arqueológicas y volcanes. Ojalá sea arriba de una bici, moto o la mejor, arriba de una furgoneta. Por lo pronto, mas allá del vuelo bajo del espíritu que me acompañó en todo el trip y que forma parte de lo esperable en cualquier momento, éste recorrido de 8 días por la isla supera en pleno las expectativas.

6 comentarios en “Sur de Italia: Sicilia

  1. Avatar de vagandopormundopolis

    Que paseo tan bueno nos has dado por Sicilia. A mí me encantó, encima se come de maravilla, es un destino estupendo. Un abrazo

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    1. Avatar de consejoalviajero

      Tal cual. Hermosa isla y dignos paisajes. Abrazo grande.

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