Sobre la (in)satisfacción al viajar.

Nacemos y vivimos en sociedad, rodeados con otros con los cuales compartimos, y de los cuales aprendemos. Es así como nos identificamos de mayor o menor medida y podemos tener en común ciertos gustos e intereses. Viajar y explorar un nuevo sitio es algo que agrupa a muchas personas de diferentes lugares. Cada uno con sus gustos o límites respecto a lugares a los que sí iría y a los que no. 

Es sabido que a esta altura de la globalización es realmente difícil (posiblemente imposible) descubrir algo nuevo, a menos que seamos autóctonos de un lugar cercano a uno inhóspito, y poco explorado. Tengamos además el tiempo, los recursos y las ganas de adentrarnos aventuradamente en lo no conocido. 

 Todo está pisado, transformado y explotado para diferentes fines. Particularmente lo que respecta al turismo pareciera ser que cada tanto ciertas ciudades, playas o pueblos adquieren mayor transcendencia y posición en los medios masivos, por lo que grandes cantidades de personas se interesan por llegar allí. Los algoritmos, las cookies, caché y demás tecnología que apropiación de datos para perfiles estadísticos se encargan del resto y se produce aquello que llama la atención a muchas personas como ser: buscar información sobre un boleto aéreo a tal lugar y que posteriormente, durante los próximos días “casualmente” lleguen mails o aparezcan publicidades en las distintas redes sociales sobre boletos de diferentes precios a ese lugar buscado u otros cercanos. Brutal, tremenda conspiración. Nada es casual. Ni tampoco se centra sólo en el rubro turístico.  

Se trata de la organización actual de recursos tanto económicos y simbólicos, entre otros, que de alguna manera van configurando la relación y los intercambios entre los sujetos de una sociedad. No estoy seguro de que el contexto actual tenga algo tremendamente novedoso respecto de siglos pasados. Supongo que la primera fabricación en serie habrá generado las mismas expectativas que los medicamentos, teléfonos inteligentes, tv inteligentes y las mil y una proyecciones de inventos y novedades en los que se viene trabajando. Y si vamos mas atrás en el tiempo se me ocurre que habrá pasado lo mismo con cada invento o descubrimiento que hoy pasa desapercibido o ni siquiera es tenido en cuenta. De igual forma seguramente en tiempos pasados habremos estado igual de alienados al sistema imperante en cada época. 

Alrededor de los 20 empecé a viajar. Fui al norte argentino y quedé fascinado. La comida y los paisajes de Tilcara y Humahuaca hicieron mella. La Quiaca – Villazón me hacían pensar sobre la línea imaginaria que separa dos países, como también la distancia y las diferencias culturales entre un boliviano de Villazón con otro de Santa Cruz o Cobija, y la diferencia entre un argentino de La Quiaca con otro de La Plata o Neuquén. Dos países diferentes en una zona tan particular y con tantas cosas en común por un lado y un mismo país con ciudades y culturas distantes y diferentes. 

Al siguiente viaje me adentré en Bolivia por la parte oeste hasta llegar a Lima. Un par de años después había podido recorrer en viajes diferentes el subcontinente sudamericano y mas adelante crucé el charco, al norte y al viejo continente.  

 A veces acompañado y otras veces solo pude observar la repetición de ofertas callejeras de tours (por el salar de Uyuni, al Machu Picchu, a Teotihuacan, Palenque, etc.) y la oferta masiva de artesanías en muchos casos repetidas, con la posibilidad de encontrarlas mas baratas (generalmente en los mercados) y mas caras (en los aeropuertos) entre tantas cosas que daban cuenta de que, en un país o continente u otro, había cuestiones similares y repetitivas. En serie. También disfruté de buscar información en los foros de mochileros.org, viajeros.com, couchsurfing y tripadvisor y en diferentes blogs de viajes. Llegué a encontrar discusiones sobre “qué” es ser mochilero y que no. Sobre las ventajas y desventajas de vivir en el exterior. Sobre la diferencia del turismo de montaña respecto al de playa. Sobre como camperizar una furgoneta. Encontré grupos y mas grupos, blogs y mas blogs. Muchas cosas repetidas, entre frases, precios y lugares.  

 Pero seguí viajando. Más es lo que disfrutaba investigando sobre distancias y precios, y sobre las posibilidades reales de llegar con mi economía a ciertos lugares mientras fantasee sobre aquellos a los que aún no podía. Descubrí el poder de la expectativa. 

 Sin embargo, siempre sopesó una sensación de insatisfacción acompañada de un “querer más”, sin lograr descifrar si se trata de una sensación estructural o una posición hedonista digna de estos tiempos de consumo (¿un poco de las dos?). 

En “Antes de Adán” London se aventura a pensar sobre la evolución y la memoria de la humanidad mediante una historia donde ejemplifica cotidianeidades, descubrimientos azarosos y dificultades que, en relación con la herencia, repercutiría en sensaciones y comportamientos de los sapiens modernos. Influenciado por escritores de la época lo hace de una manera muy interesante para el lector.  

A lo mejor ciertos impulsos añejos quedan todavía dando vueltas por los actuales, tanto el impulso de ayudar y resguardarse en el grupo, u otro social, como también esa tendencia a atacar y abolir, tan presentes a lo largo de la historia hasta la actualidad. Tal vez pasa lo mismo con la necesidad o el gusto de viajar. 

Seguramente que hay lugares aún para descubrir, pero volviendo a lo dicho, capaz que no todos están/mos preparados para escapar tanto a la serialidad y a los diferentes tipos de confort que nos rodean. A lo mejor sean otros los que descubran esos lugares, y merezcan reconocimiento al respecto. Posiblemente sean copados y como vivimos en sociedad en (un intento de) comunicación e intercambio puedan compartir las rutas, consejos y sugerencias. Así los demás podremos tomar esa posta y disfrutar también de aquellos sitios con la fallida creencia de la posibilidad de descubrir. Y aún a sabiendas de este último imposible, puede ser que viajar sea una de las tantas formas de que intentemos evitar la inercia, y de seguir buscando. Algo. 

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