El domingo pasado fui al taficillo. Es la tercera vez que hago esta trepada. En las dos primeras oportunidades el punto de partida fue la Hosteria Atahualpa Yupanqui (en Tafí Viejo), mientras que esta vez lo hice desde los tanques de la UNT que están cercanos a la Ciudad Universitaria, que formaba parte de aquella obra inconclusa de mitad del siglo pasado. De hecho, una charla frecuente que tengo con amigos (y que en la caminata del domingo no fue la excepción) es sobre qué hubiera sido de Tucumán si se culminaba aquella obra.
Además hay otra forma de subir a la cumbre del Taficillo y es a partir del Portezuelo, el paso que conecta a San Javier desde Tapia.
Este trekking, según puedo ver en foros y otros blogs, no es considerado de los más exigentes ni mucho menos. De hecho, en un curso de iniciación a la montaña que hice hace unos años, aparece como la segunda caminata.
Sin embargo, por segunda ocasión, no dimos con la cumbre. Llegamos hasta tres cuartos de recorrido, porque decidimos no continuar teniendo en cuenta las posibilidades de quedarnos sin luz a la vuelta. Me parece que salimos más tarde de lo recomendable (empezamos a caminar a las 11 de la mañana), además de que en el camino había zonas muy barrosas que nos obligaban a bajar el ritmo. En la oportunidad que si llegué hasta arriba, fue en septiembre y la culminación del trekking fue pasando las 19 horas.
Incluso en varias oportunidades tomamos un camino incorrecto, más allá de que contamos con tracks en el gps para guiarnos. Además de que está claro que no hay que confiarse con esta tecnología, creemos que es importante que haya más de un teléfono con gps activo.
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En la salida que hicimos en 2022, aún hacía mucho calor y los 2 litros por personas que llevamos nos quedaron cortos. En esta oportunidad no hubo problema con eso por ser invierno.
Lo que realmente me sorprendió es que todas las personas que nos cruzamos en el camino en algún momento tomaron una ruta equivocada. De hecho, a los dos días vi una nota sobre unos chicos que se perdieron en la misma senda.
Creo que sería necesario que haya un trabajo de marcar la senda ya que son muchas las personas que suelen hacerla. Me parece que es algo posible, como hicieron en el Chorro de Escaba.
Respecto al paisaje que se aprecia en la caminata, es similar al que se puede ver en la senda Puertas del Cielo/Cuesta Vieja o la senda de Loma Bola. Como se trata de las yungas, se ve mucho Horco molle, Lapacho, Cedros, Nogal, Pacará (sobre todo en las zonas bajas). Mientras que más arriba se ven alisos y muchos helechos “gigantes”. Al menos así los encontré en internet. Si bien no son tan grandes como las fotos que salen en el conocido buscador, me sorprendió una parte de la subida donde abundan.
De muchos árboles colgaban musgos, que dejaban pasar levemente la luz del sol, dando una postal llamativa.
En esta oportunidad no vi muchas flores, supongo que por la época. Tampoco vimos plantas de durazno como en la primera oportunidad que fui. En cuanto a fauna, solo me crucé sorpresivamente con un ave que al asustarse por mi presencia salió volando causándome también un sobresalto (porque no la había visto). Creo que se trataba de una perdiz.
Lo que recuerdo de la cima es que había muchos pajonales y que había una vista privilegiada al dique Cadillal hacia el este y las cumbres calchaquíes hacia el Oeste.
Creo que es una caminata que vale la pena hacerla, aunque creo que aún no encontré cual es la fecha exacta para ello.
Consejo al Viajero 
Hola. También me perdí la primera vez que he ido para ahí… pero después me aprendí el camino. Voy seguido. Es una ruta fácil, hay que ir temprano nomas.
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Si, parece que es común perderse.
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