Ascenso al cerro Cabra Horco

Sobre el Cabra Horco

Con el apoyo de @pacha.carpinteria

El ascenso al Cerro Cabra Horco forma parte de una de las excursiones incluidas en el Curso de Iniciación al Montañismo organizado por la Asociación Argentina de Montaña. La cumbre del mismo se encuentra a 2600 metros sobre el nivel del mar con un desnivel positivo de 1500 metros. Presenta un sendero que para muchos es considerado de dificultad media y sin dudas se trata de uno de los cerros más emblemáticos de Tucumán. Será un recorrido total de alrededor de 22 km entre ida y vuelta. 

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El nombre del cerro, posiblemente proveniente del quechua es “el cerro de las cabras”. 

Crónica de una buena caminata

El inicio de la caminata lo realizamos cerca de Sauce Yaco, en una propiedad privada de la cual no recuerdo a quien pertenece. La idea es empezar el sendero lo más temprano posible para tener tiempo a favor. El comienzo del mismo es por un camino amplio y sinuoso pero que no presenta gran pendiente que nos hace creer que la consecución del objetivo será a bajo costo.  

Será poco al tiempo donde descubro lo errado de mi fantasía ya que al cruzar un arroyo emprendemos una empinada subida con mucha vegetación que en momentos es molesta y con mucha piedra suelta. Todo esto, más la tierra, hacen la caminata aún más incómoda. Es que la salida es en el mes de septiembre, época seca en uno de los años más secos.  

Lo bueno es que mientras vamos subiendo no solo el camino se hace un poco menos empinado, sino que hay una transición de la vegetación por la altura, que pasa a ser más escasa. Si no me equivoco vemos ejemplares de un tipo de pino llamado «pino de alturas”.  

Empiezan a vislumbrarse a medida que subimos, interesantes vistas panorámicas que es una de las máximas que busca, según mi criterio, aquella persona gustosa del senderismo y del trekking. Mientras avanzamos, cruzamos distintos remansos que hacen las veces de punto de referencia como ser el “cochucho bendecido” del cual no pude descubrir que será un “cochucho” y por qué razón estará bendecido.  

Allí hicimos una pausa para recobrar energías, hidratarnos y seguir. El calor se hace sentir. Mas adelante pasamos por un lugar denominado “Mesada larga” hasta que atravesamos, ya bien arriba, por la laguna del sapo, aunque me decepciono al ver un espacio que al parecer en alguna época del año es una laguna pero que al momento de mi caminata no es más que un hundimiento seco con pajonales. Encima, sin ningún sapo. 

 También nos comentan nuestros guías que cercana a nosotros se ubica otra laguna, la del caracol. A lo mejor allí si se encuentran caracoles. Claro está, me cuesta alejarme de lo concreto y pensar que talvez los nombres tienen que ver con cuestiones más simbólicas. Será por el cansancio. 

Finalmente, y luego de una larga caminata de alrededor de 5 horas llegamos a la zona de la “lagunita” desde donde, se supone, nos queda poca caminata para llegar al puesto de acampe. Antes de llegar a destino, practicamos la lectura de un mapa de montaña, incluido en el curso para comprender la cartografía, muy necesaria para estos escenarios donde no contamos con elementos tecnológicos que nos permitan ubicarnos. 

La zona donde hacemos base es una suerte de meseta inclinada donde se puede apreciar claramente la cumbre del Cabra Horco. Hay una toma de agua que, aunque tiene mucho olor a bosta, nos sirve para hidratarnos y para cocinar. Ubicamos las carpas a la vera de un zanjón que, para nuestro lamento, carece de agua que hubiera venido como anillo al dedo para refrescar al menos nuestros pies luego de una desgastante y calurosa caminata.  

Luego de armar las carpas y acomodarnos, solo queda descansar y disfrutar de la tranquilidad del lugar de la cual es imposible de escapar. Por la noche una explosión de estrellas corta con la oscuridad e invaden nuestro iris. 

Dormimos temprano porque siguiendo la línea, será al alba que arrancamos la última trepada hasta la cumbre.  

El amanecer es realmente hermoso. Ver como la luz se aproxima y comienza a romper con la noche mientras el sol se va posando segundo a segundo sobre todo el manto verde es algo sumamente conmovedor. Iniciada la subida la luz anaranjada del primer sol, torna amarillenta la última subida, aunque ya aclarado totalmente el cielo, vemos que los pajonales en verdad tienen ese tono, posiblemente por la época del año en la que aún la primavera no hizo su magia. 

 Tardamos poco tiempo en llegar a la cima (alrededor de una hora). La vista desde la cumbre es realmente única. No solo 360 grados, sino que se puede ver las cumbres calchaquíes donde nuestros guías nos indican cada montaña observada de las que recuerdo el negrito y la ciénaga. Al otro lado, se observa el valle de la sala, la ciudad universitaria, san javier y un espejo de agua que me hace pensar que es el cadillal. Posiblemente lo sea. 

Luego de un buen tiempo de disfrute en la cima, comenzamos el descenso para desarmar las carpas, cargar la mochila y comenzar el retorno que será bastante lento, pesado y cansador.  

Considero que para aquella oportunidad cargué de más ropa (por miedo al frio) y menos litros de agua. Nuestros guías coinciden con aquella observación.  

Como suele pasar, el descenso es mar corto que el ascenso. Pero no por ello menos interesante ya que el cambio de perspectiva permite distintas vistas.  

Llegamos alrededor de las cuatro de la tarde a punto de inicio de la caminata donde quedaron estacionados los vehículos. Pocas veces descubrí vistas tan espléndidas como las que hay en la cima del Cabra Horco. 

4 comentarios en “Ascenso al cerro Cabra Horco

  1. Avatar de J.D. Lopez

    Impresionante. Quiero empezar a conocer las montañas de Raco pero nunca fui a ninguna, solo a puertas del cielo en san javier. Puedo hacer este trayecto en el día sin acampar?

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